El desarrollo: ¿para qué y para quienes?
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Resumen
Introducción: una provocación para pensar el desarrollo y sus alternativas
La idea de “desarrollo” es el último avatar de la construcción de la civilización occidental moderna (secular, tecno-científica, industrial, capitalista y de consumo). En efecto, a partir de mediados del siglo XX, asume el lugar de las ideas en torno al “progreso”, el “crecimiento”, la “modernización” o la “revolución”, al mismo tiempo que las trayectorias socioeconómicas globales se reorganizan en relación al ideal regulativo del “desarrollo” (Beling & Vanhulst, 2019). En este sentido, el “desarrollo” puede entenderse como un discurso históricamente contingente, que –basándose en una visión económica del mundo y una caja de herramientas gestionada por expertos– definió una jerarquía entre naciones en términos supuestamente objetivos, en torno a indicadores como el crecimiento de la producción y el ingreso per cápita, la escolarización, la expectativa de vida de los individuos, o la existencia de ciertos regímenes de propiedad y de ciertas instituciones políticas y comerciales (Rist, 2002).